Control activo de ruido

El control activo del ruido moderno se consigue generalmente mediante circuitos analógicos o procesamiento digital de señales.

Como alternativa, el transductor que emite la señal de cancelación puede estar situado en el lugar donde se desea atenuar el sonido (por ejemplo, el oído del usuario).

Según la aplicación esta señal puede ser digital o analógica, y en este segundo caso se puede digitalizar antes de procesarlo.

Esto hace que sea muy difícil y caro "proteger" espacios grandes contra ruidos.

Tomemos por ejemplo una habitación en la cual quisiéramos cancelar completamente los diferentes ruidos que nos llegasen desde el exterior.

Tendríamos que calcular para cada punto del espacio el ruido incidente y generar el antirruido.

Así pues, generalmente lo que se hace es intentar eliminar el ruido en un punto en concreto del espacio.

Estos sistemas pere son "unipersonales", es a decir, solo se puede beneficiar un receptor.

El control pasivo del ruido es una reducción del sonido mediante materiales que aíslan el ruido, como el aislamiento, las baldosas que absorben el sonido o un silenciador, en lugar de una fuente de energía.

El, pero es que son mucho más caros, y es habitual encontrar una combinación de los dos.

Por ejemplo, la mayoría de los altavoces con cancelación de ruido utilizan el control activo sobre todo para las bajas frecuencias, ya que las altas frecuencias aún es más barato y eficiente eliminarlas utilizando auriculares cerrados.

Representación gráfica de la cancelación activa del ruido
ejemplo de aparato de reconocimiento de voz con cancelación activa de ruido.