La actividad de contrabando en América, se desarrolla a partir del siglo XVII como respuesta al llamado Monopolio Comercial Español.
[1][2] Al respecto Guillermo Céspedes del Castillo indica que "el monopolio español cede ante el esfuerzo de sus importantes adversarios.
En 1686, las flotas [españolas] surtían sólo en una tercera parte a los mercados indianos, que eran abastecidos en los restantes dos tercios por el contrabando".
Para ello el barco entraba en puerto alegando algún inconveniente técnico (como ser: rotura de velamen, problemas en el casco o timón, extravío de la ruta), y anclaba en los muelles hasta resolver el inconveniente a veces por varios meses.
Entre las mercancías que las colonias ofrecían a cambio del contrabando las principales eran materias primas tales como: maderas, azúcar, tabaco, algodón, cacao, y esporádicamente metales preciosos.