En las lenguas del mundo este segundo grupo es más frecuente que el primero.
Un ejemplo de consonante doblemente articulada es la oclusiva labial-velar sorda [k͡p] que se pronuncia simultáneamente con el velo del paladar (como una [k]) y con los labios (como una [p]).
El sonido [kʷ] se encuentra en varias lenguas del mundo (náhuatl, latín arcaico, etc.) Exceptuando los chasquidos consonánticos (clics), prácticamene todas las consonantes doblemente articuladas son labial-velares.
Sin embargo, existe un gran número de consonantes coarticuladas con articulaciones secundarias, las más frecuentes de la labialización (como en [kʷ]), la palatalización (como las consonantes "blandas" del ruso, como [pʲ]), la velarización (como la que se produce en las laterales postvocálicas de algunas lenguas románicas y la lateral del inglés, [lˠ]) y la faringalización (como la que ocurre en árabe con las consonantes enfáticas como [tˤ]).
Pero la glotis no se considera usualmente como un órgano articulador, y por consiguiente una consonante eyectiva [kʼ], que conlleva la estricción simultáneamente del velo del paladar y la glotis, normalmente no se clasifica dentro de las consonantes coarticuladas.