Los cuatro primeros presidieron sucesivamente el cuerpo, finalizado el mandato continuaban con su función como consejeros.A pesar de las múltiples dificultades (incluyendo interpelaciones constantes), el gabinete ministerial tuvo una gran estabilidad en su integración.[1][2] Estuvo integrado por miembros del Herrerismo y de la Unión Blanca Democrática.Dentro del Parlamento, el Partido Nacional tenía una amplia mayoría de 17 senadores y 54 diputados, pero las divisiones internas eran feroces, con innumerables rencillas entre el bloque herrero-ruralista y la Unión Blanca Democrática, rival interna derrotada por pocos votos en las elecciones.[4] En mayo, Fidel Castro, recientemente triunfante de la Revolución cubana, visita el país.Urgió efectuar una reforma monetaria y cambiaria, labor del ministro de Hacienda Juan Eduardo Azzini.Acorde con esto, las reformas económicas realizadas coincidían con las recomendaciones sugeridas por el FMI, pero su aplicación no tuvo el efecto esperado.Ni la producción, ni las exportaciones de materias primas aumentaron, muchas de las industrias creadas con el apoyo del Estado quebraron provocando el crecimiento del desempleo y, por lo tanto, descendió el consumo interno.El peso uruguayo perdió valor con respecto al dólar y los precios de los productos aumentaban mientras los salarios se estancaban.[4] Finalmente, en las elecciones nacionales de 1962, volvería a ganar el Partido Nacional, pero no el sector oficialista (ruralismo-herrerismo), sino la Unión Blanca Democrática (UBD), encabezada por Daniel Fernández Crespo, en alianza con un sector del herrerismo.