A pesar del comienzo enérgico del TMC, pronto se hizo evidente que Dhahab carecía de las habilidades para resolver los problemas económicos de Sudán, restaurar la paz en el sur y establecer la unidad nacional.
Los proyectos agrícolas e industriales financiados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial permanecieron en las etapas de planificación.
Además, la hambruna amenazaba vastas áreas del sur y el oeste de Sudán.
[5] Poco después de tomar el poder, Dhahab adoptó un enfoque conciliador hacia el sur.
Entre otras cosas, declaró un alto el fuego unilateral, pidió conversaciones directas con el SPLM y ofreció una amnistía a los combatientes rebeldes.
Sin embargo, la negativa de Dhahab a derogar la sharia negó estas propuestas y convenció al líder del SPLM, Garang, de que el gobierno sudanés todavía quería subyugar al sur.
Para evitar una confrontación con el DUP y el NIF, Dhahab decidió dejar la cuestión de la sharia al nuevo gobierno civil.
[7] El mayor fracaso del TMC tuvo que ver con su incapacidad para formar un consenso político nacional.
[9] El Partido Umma, encabezado por Sadiq al-Mahdi, obtuvo noventa y nueve escaños.