El sultán Moulay Abdelaziz fue apoyado por las potencias hostiles a Francia, en particular por el Imperio Alemán.
La segunda crisis marroquí o golpe de Agadir (1911), dejó a Marruecos bajo control diplomático y geopolítico francés.
En este momento se vio asediado en Fez por levantamientos populares y solicitó la ayuda francesa.
La proclamación del protectorado supuso una importante labor de conquista y ocupación.
El proceso evolucionó principalmente en tres fases distribuidas entre las llanuras, las zonas montañosas y la estepa.
El objetivo consistía en unir los frentes franceses entre el oeste y el este de Marruecos.
Según Lyautey, estos nunca habían sido sometidos bajo ninguna civilización desde los romanos a los sultanes de Marruecos.
En este periodo se acometió la pacificación de los últimos focos insurrectos en el Alto Atlas, una operación militar compleja dada la dificultad geofísica del terreno.
Las tropas del general Huré lograron en tres semanas someter a 200 000 personas en 30 000 km2 de terreno montañoso y apoderarse 25 000 fusiles.