Conocimiento disperso

Si el mercado presenta fallos competitivos, entonces ni siquiera el precio reflejaría toda la información existente.

En un mercado no intervenido y perfectamente competitivo, el precio indica información que el jugador no conoce, y por la decisión de comprar, vender o abstenerse a ese precio, da también la oportunidad al jugador de llevar su conocimiento a sí mismo y reflejarlo en el precio.

La mayoría de los conocimientos, sin embargo, son conocimiento tácito y los agentes económicos normalmente no son plenamente conscientes de la información que está compartiendo a través de las señales de los precios, ni se percibe toda la información utilizada para tomar una decisión sobre los precios.

Cuando un agente económico efectúa una compra, los precios que encuentre el consumidor en los productos y servicios (precio de mercado) habrán sido fijados por el cálculo complejo que es la suma total del conocimiento tácito que reside en el mercado.

[1]​ En un mercado intervenido o no competitivo, en cambio, se presume que los precios aportarían información muy diferente de las necesidades reales de la oferta y demanda, ya que la información representada en ella sería parcial, incompleta o falseada.