Conexión francesa

Los primeros laboratorios de heroína fueron descubiertos en Marsella en 1937, y pertenecían al mafioso corso Paul Carbone.

Tras la Segunda Guerra Mundial, la mafia corsa comenzó a colaborar con la CIA para impedir que los comunistas franceses controlasen el puerto de Marsella.

Pronto se hizo evidente que la "conexión francesa" estaba creciendo considerablemente, no sólo aumentando su proporción en el negocio del tráfico de drogas internacional, sino mejorando notablemente sus técnicas de producción y distribución.

El primer gran caso contra la "conexión francesa" se desarrolló en los años 1960, cuando en junio un informante avisó de que Mauricio Rosal, el embajador de Guatemala en Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo estaba traficando con heroína desde Beirut (Líbano) hasta Marsella.

Ese mismo año agentes estadounidenses en colaboración con la policía francesa apresaron 50 kg de heroína en el aeropuerto de París, y detuvieron a los narcotraficantes Jean-Baptiste Croce y Joseph Mari en Marsella.