Su nombre es en honor del químico alemán Rainer Ludwig Claisen, que publicó su trabajo sobre la reacción en 1887.
Así pues tanto el alcóxido como el éster deben derivar del mismo alcohol para evitar problemas de transesterificación.
La utilización de una base más fuerte que el alcóxido suele dar mejores rendimientos.
En el primer paso, el éster es desprotonado por la base, dando lugar al anión enolato, relativamente estable debido a la deslocalización electrónica.
El paso final de la síntesis, que no aparece en el mecanismo, es el tratamiento con solución acuosa ácida para neutralizar el enolato y obtener el β-cetoéster (o 3-cetoéster).