Concilio de Siena

Sin embargo la peste que se declaró sobre la ciudad obligó al traslado del mismo a Siena, a propuesta pontificia, lo que fue aceptado por los presentes en el Concilio.

La asistencia al mismo nunca fue muy amplia, sin embargo llegaron a acudir representantes de todas las naciones occidentales.

Esto llevó a un conflicto entre Hispania (compuesta por Castilla, Aragón, Navarra y Portugal) e Inglaterra, que pretendía separarse de la nación germánica (en la que había estado anteriormente) para integrar una nación junto al resto de las monarquías de las islas británicas.

Castilla, secundada por Francia, consiguió bloquear el reconocimiento, pues veía en ello un perjuicio de sus intereses y su preeminencia ante la Santa Sede.

No está considerado como Concilio Ecuménico por la Iglesia católica.