Gobierno de la Antigua Roma

[cita requerida] Según la tradición romana, el primer rey de la ciudad, y creador las primeras instituciones, fue Rómulo.Si los senadores daban su aprobación, procedía la inauguratio, ceremonia en la cual los augures consultaban los auspicios que indicaban si el rey electo gozaba o no del favor divino.El senado consistía en un cuerpo colegiado que actuaba como consejo asesor del rey.El propio nombre de "Senado" aludía a la avanzada edad que solían tener sus integrantes (senex, anciano).Se cuenta que Rómulo designó originalmente a cien senadores, cuyas familias y descendientes fueron conocidos como patricios.El Senado y sus dictámenes tenían una especial fuerza moral, fundada en la sabiduría que la sociedad romana le reconocía.Los ciudadanos romanos ejercían el derecho al voto, aunque no individualmente, sino agrupados en categorías sociales y económicas.Según la tradición romana, Rómulo dividió al pueblo (constituido éste únicamente por los patricios) en tres tribus, que denominó ramnnes, tites y luceres; cada una de las cuales subdividió, a su vez, en 10 curias[2]​ (curiae, posiblemente del indoeuropeo kowiriya = co-vira= reunión de hombres).Las curias, bajo el nombre de comicios calados (comitia calata), se reunían en las calendas y nonas de cada mes (respectivamente, primer día del mes y día quinto o séptimo) para atestiguar ciertos actos de carácter religioso, como la comunicación del calendario anual por parte del rey, las adopciones (adrogatio) y los testamentos (detestatio sacrorum).Según las fuentes romanas, Servio Tulio, el sexto rey de Roma, reorganizó la población de Roma en circunscripciones o tribus para establecer un impuesto o tributum e incluir a los plebeyos en el ejército.Finalizada la monarquía, el lugar del rey fue ocupado por dos magistrados a los que se llamó primero pretores y luego cónsules.[3]​ Se establecieron una serie de medidas para limitar sus poderes: cada uno tenía veto sobre la decisiones del otro; gobernaban solo por un año, sin posibilidad de reelección inmediata; las penas o castigos que impusieran podían ser apeladas por los ciudadanos ante los comicios (provocatio ad populum) y, una vez terminado su mandato, respondían por los actos contrarios a la ley que hubiesen cometido.Siguiendo dicha gradualidad, las magistraturas eran, de menor a mayor, las siguientes: cuestura, edilidad, pretura, consulado y censura.Tal importancia se fundaba en la auctoritas,[6]​ esto es, en la sabiduría que la sociedad romana le reconocía a los senadores.En el contexto del conflictos con el patriciado, la plebe utilizó la división tribus (que ordenaba territorialmente a la población romana) para organizar reuniones destinadas a definir sus acciones en pos de conseguir las reivindicaciones sociales, jurídicas y políticas que reclamaba.Tales asambleas se denominaban Concilia plebis; eran convocadas y presididas por los tribunos de la plebe, a los cuales elegían, y sus acuerdos, vinculantes en primer momento solo para los plebeyos, recibían el nombre de plebiscitos (plebis scita).[10]​ Tras el término del conflicto patricio-plebeyo, los Concilia plebis se confunden con los Comicios tribunados, reuniones en las que participaba, siguiendo la organización territorial por tribus, toda la población de Roma.Toda vez que su fundamento último consistía en una cualidad moral, cual era la auctoritas, el título de príncipe (así como sus poderes asociados) no era hereditario.El príncipe estaba moralmente obligado a acatar los senadoconsulta, pero los contenidos de éstos nunca contradecían la voluntad del emperador.Ambas funciones pasaron al príncipe, quien ejercía la primera en su calidad de princeps senatus, y la segunda, en virtud del imperium proconsular.Las primeras, que se entendían pacificadas, mantuvieron, en líneas generales, el sistema establecido durante la República.
La Senado ano, no fue muy popular a lo largo de su historia hasta actual.