El Concierto para dos pianos n.º 10 en mi bemol mayor, K. 365/316a, de Wolfgang Amadeus Mozart fue escrito en 1779.
El concierto está escrito para dos pianos, dos oboes, dos fagotes, dos trompas; y cuerdas.
Además, la orquesta permanece mucho menos activa que en otros conciertos para piano de Mozart, dejando la mayoría de la música a los solistas.
El primer movimiento es lírico y "maravillosamente espacioso, como si Mozart estuviese disfrutando completamente de sí mismo y dejando sus ideas fluir libremente," como ha observado Ledbetter.
[1] El movimiento central es lento y refinado; la orquesta permanece en un segundo plano tras los alegres pianistas.