La directora Cosima Dannoritzer quería investigar y separar los hechos de la ficción de las varias leyendas urbanas que había oído como son: las bombillas eternas, los coches que funcionan sin gasolina, en donde la historia siempre terminaba con una conspiración, la desaparición del inventor o del aparato.
También nos cuenta como tras el crack del 29, Bernard London se opone al New Deal con un sistema de obsolescencia programada obligatoria, pero nunca se llevó a la práctica, sino que apareció unos años después la obsolescencia percibida, en la que se persuade al cliente a comprar algo que no necesita, pero “sin obligarle”.
Sigue narrando varios ejemplos como el de las medias Dupont, creadas con un nailon muy resistente pero que enseguida se vuelven a fabricar frágiles.
En lo que respecta a la lucha contra la obsolescencia programada, destacan los hermanos Neistat, que fueron por las calles tachando a los de Apple de diseñar las baterías para fallar.
El documental termina con las nuevas propuestas de economía sostenible y con el decrecimiento, para los más radicales.