Competiciones de arte en los Juegos Olímpicos

Aunque los suecos inicialmente objetaron acerca de combinar el arte con la competición, terminaron por aceptar la idea.

Los concursos artísticos también fueron llevados a cabo en Berlín 1936 y Londres 1948, con éxito razonable; aun así, el número de competidores se redujo considerablemente en estos últimos juegos.

En un encuentro en 1951, el COI decidió reincorporar las competiciones artísticas a los Juegos Olímpicos de 1952 realizados en Helsinki.

Sin embargo, los organizadores finlandeses dijeron que el tiempo era insuficiente y no hubo ninguna competición o exhibición de arte.

El asunto continuó siendo tema de debate y en la sesión número 49 del COI, llevada a cabo en Atenas, los miembros votaron por reemplazar las competiciones por una exhibición para los futuros Juegos Olímpicos.

Las reglas a partir de las cuales se organizan los Juegos Olímpicos también establecen que los organizadores deben incluir un programa de eventos culturales para promover las relaciones humanas, el entendimiento mutuo y la amistad entre los participantes y otros presentes en los Juegos Olímpicos.

Todos los trabajos participantes debían estar inspirados en el deporte y tenían que ser originales, es decir, no haber sido publicados antes de la competición.

La longitud de los trabajos era limitada (20.000 palabras) y éstos podían ser presentados en cualquier lengua, siempre y cuando tuvieran también una traducción o resumen en inglés y/o francés (las reglas cambiaron a través de los años).

El jurado tenía frecuentemente problemas para evaluar las piezas, que estaban escritas en papel.

Josef Suk es el único músico famoso en haber competido, ganando una medalla de plata en 1932.

En la última competición artística olímpica, las tres categorías eran artes aplicadas, grabados/aguafuertes y pinturas a base de agua o aceites.

En 1936, la cantidad de categorías aumentó a tres, separando los bajorrelieves por un lado y las medallas, por otro.

El escritor danés Josef Petersen ganó medallas de plata en tres ocasiones: en 1924, 1932 y 1948.

Para entonces, ya había conseguido una medalla de oro por su escultura An American trotter.

La otra persona en haber ganado medallas en categorías de arte y deporte es el húngaro Alfréd Hajós.

Veintiocho años después, fue premiado con una medalla de plata por el diseño del estadio olímpico, codiseñado por Dezső Lauber.

Avery Brundage, que compitió como atleta en los juegos de 1912, también participó con trabajos literarios en 1932 y 1936.

El estadio olímpico de 1928, diseñado por Jan Wils, ganó la medalla dorada en arquitectura en los Juegos Olímpicos de 1928.
Alfréd Hajós es uno de los dos únicos competidores en haber ganado medallas tanto en competiciones artísticas como en deportivas en los Juegos Olímpicos.