Desde muy joven, Josef Suk (nacido en Křečovice, Bohemia) estuvo bien formado en la música.
Debido a una herencia compartida, y la coincidencia de su muerte con unos pocos meses de diferencia, Suk ha sido estrechamente comparado, en obras y estilo, con el compositor checo Otakar Ostrčil.
[2] Suk, junto con Vitezslav Novak y Ostrčil, es considerado uno de los principales compositores del Modernismo checo, con una gran influencia compartida entre los tres proveniente a su vez de Dvořák.
[2] Eminentes figuras alemanas como el compositor Johannes Brahms y el crítico Eduard Hanslick reconocieron la actividad de Suk durante su tiempo con el Cuarteto Checo.
[4] Aunque escribió principalmente música instrumental, Suk ocasionalmente incursionó en otros géneros.
[1] Su tiempo con el Cuarteto Checo, aunque realizó conciertos de éxito hasta su retiro,[1] no siempre fue recibido con la aprobación del público.
Si bien estos ataques disminuyeron el ánimo de Suk, no entorpecieron su trabajo.
Las dos primeras piezas de música escénica, que arregló como suites para conciertos, están compuestas en el espíritu del romanticismo nacional.
Las interrelaciones entre los temas individuales son extremadamente complejas, el tema está constantemente sujeto a las más pequeñas transiciones, pero sin revelar el estado de ánimo de una calma general.
Aquí, también, los temas ya desarrollados en Asrael desempeñan el papel de vocabulario musical.
La luminosidad tonal parece incrementarse nuevamente, en términos armónicos, resulta, como en el anterior Cuarteto de Cuerdas No.
De esta manera, Suk logra una modernidad armónica que, a su manera, no es inferior a la del primer Schoenberg (quien era un admirador del Cuarteto de Cuerdas No.
El título Azrael alude al ángel de la muerte; toda la obra está caracterizada por su aire a la vez fúnebre, demoniaco, desesperado y resignado.
Asrael es una obra notable, que recuerda a Gustav Mahler en escala e intensidad de expresión.
Otras obras, sin embargo, como la música que le puso al drama Radúz a Mahulena de Julius Zeyer, muestran su felicidad, que atribuye a su matrimonio con Otilie.
Lo más cerca que estuvo Suk de la ópera es en su música incidental para la obra Pod jabloní (Bajo el manzano).