Su madre Lavinia (Billie Burke), una neurótica postrada en cama, alienta a Stanley a conseguir lo que quiere mientras se queja constantemente de que Asa (Frank Craven), su marido, es un inútil.
Lavinia pone como ejemplo, con orgullo, a su acaudalado hermano William Fitzroy (Charles Coburn), un hombre próspero y sin escrúpulos que tiene un afecto poco natural por su sobrina Stanley.
Poco antes de casarse con el apuesto Craig Fleming (George Brent), un brillante abogado, Stanley se fuga con su cuñado Peter Kingsmill (Dennis Morgan), un prometedor cirujano.
Apesadumbrada, Roy busca la compañía de Craig y su mutua infelicidad culmina en un profundo amor.
Roy la cree y pide a Craig que lleve el caso de Parry.