Así, la presa en su conjunto no solamente proporciona proteínas y grasas, que son los principales componentes de la musculatura, sino también otras sustancias que no se encuentran en la carne, o que se encuentran en pequeñas cantidades, como el calcio del esqueleto, el sodio de la sangre, las vitaminas liposolubles y los oligoelementos de los órganos internos (especialmente el hígado[1] y el riñón), las vitaminas hidrosolubles del intestino, los ácidos grasos esenciales de la grasa corporal o los componentes no digeribles (por ejemplo, la fibra vegetal del contenido intestinal).Los alimentos secos para perros suele consistir en croquetas empaquetadas que contienen entre un 3 y un 11% de agua.No obstante, presentan menor palatabilidad en comparación con la comida húmeda, y suelen contener conservantes.Debe suministrarse una mayor cantidad de comida enlatada para satisfacer las necesidades del perro.[5] La comida semihúmeda para perros se envasa en bolsas o paquetes sellados al vacío.Los partidarios de este método recurren a la carne fresca o congelada, despojos, huesos y pescado, complementados con verduras crudas (en puré).El término fue acuñado en 1993 por el veterinario australiano Ian Billinghurst, que también posee los derechos del nombre Barf Diet.