Conde palatino (en latín: Comes palatinus; en alemán: Pfalzgraf) es un título nobiliario originado en el comes romano, que a la caída del Imperio romano de Occidente se adaptó a los reinos germánicos.
Incorporaba una importante función jurisdiccional: entender de las apelaciones elevadas al rey, a cuyo conocimiento solo llegaban los asuntos que el conde consideraba necesarios.
Los condes palatinos asistían al rey en tareas judiciales, administrativas y militares.
También hubo cargos similares con ese nombre en la monarquía franca de la dinastía merovingia.
[10] La Casa Pontificia, desde el siglo XI, tuvo un colegio de condes palatinos con sede en el Palacio Apostólico.