Alberto puso asedio a Altena, cuyo castillo, batido por fuerte artillería, fue tomado y arrasado.
Oostervant, que había huido antes de Altena, buscó nuevo refugio en Bois-le-Duc y de allí pasó a Francia, donde estuvo exiliado hasta 1395, año en el que padre e hijo se reconciliaron.
Alberto no conocía otro más capaz que su propio hijo Guillermo de Oostervant.
En agosto de 1396 el ejército holandés, al que se habían sumado mercenarios franceses, ingleses y alemanes, desembarcó en Kuinre.
Nuevamente se alzaron los frisones e intentaron asediar Stavoren.
Guillermo volvió a la carga y logró que Groninga reconociera la soberanía de Alberto.
Alberto también tuvo varios hijos ilegítimos con diferentes mujeres en Holanda: