Combate naval de Casma

De igual modo un estadounidense llamado John Eldredge puso su barca llamada Mejicana a disposición de Santa Cruz, y otros extranjeros, entre ellos el argentino Bedoya, armaron la goleta Perú[nota 4]​ con 10 cañones.

Este marino y también aventurero francés había llegado al Callao en 1838, como primer timonel de la corbeta Edmond.

[10]​ Posteriormente se incorporaría a esta escuadrilla, el 15 de diciembre, la barca[nota 5]​ Mejicana[11]​ con 18 cañones[nota 6]​ la que no pudo participar en las primeras operaciones corsarias, al no estar lista con anterioridad.

[13]​ El capitán Bynnon, quien el día anterior al combate ya había solicitado refuerzos al jefe de la escuadra Carlos García del Postigo manifestando no creerse con la capacidad de repeler un ataque enemigo con las fuerzas a su mando y atendiendo al mal estado en que se encontraban las goletas Janequeo y Colo Colo después de una larga campaña y de constantes servicios en la mar, pero sobre todo lo escaso de sus tripulaciones, lo que hacía, a juicio del comandante, muy peligroso e ineficaz mantener el bloqueo del puerto.

Este buque había sido entregado al gobierno restaurador del general Agustín Gamarra y tenía la misión de vigilar la zona costera.

[19]​ Por suerte esos dos transportes navegaban sin tropas o pertrechos útiles para capturar, por lo que Blanchet al no haber nada útil en ellos y no disponer de gente para tripularlos, los incendió.

Blanchet con su flota, que en esos momentos perseguía un transporte llamado Hope, al observar los movimientos de la escuadra chilena decide emprender inmediatamente la retirada hacia el suroeste a mar adentro, para no comprometerse en una acción arriesgada por la superioridad de los buques chilenos que le perseguían siendo estos las corbetas Confederación y Valparaíso, el bergantín Aquiles, la barca Santa Cruz y las goletas Janequeo y Colo Colo; quedando fondeada en el puerto de Santa, por orden de Simpson, solo la fragata Monteagudo por considerarla innecesaria en la persecución.

Por su parte el capitán Simpson logró reguardar los transportes cercanos para evitar ser capturados y había avisado con anticipación por medio de un bote enviado a Paita al comandante en jefe de la escuadra García del Postigo, que tenía bajo su mando las corbetas Libertad y Socabaya (sin cañones, convertido en buque hospital), sobre la presencia de los corsarios.

Esta fuerza naval zarpo rumbo a Chile en la noche del 7 de diciembre.

Todas perfectamente armadas, marinadas y reforzadas con 300 hombres de infantería peruana, distribuidas entre los cuatro buques, para la nueva incursión.

[21]​ Por otro lado, la escuadra chilena se encontraba en Santa, donde el jefe de la escuadra García del Postigo y el capitán de fragata Roberto Simpson estaban reunidos por orden del general Manuel Bulnes.

Simpson al percatarse de que aquellas velas que se acercaban rápidamente eran efectivamente buques enemigos, se preparó con sus fuerzas para el combate y despachó por tierra un correo a Santa para comunicar al jefe de la escuadra García del Postigo la situación.

Simpson comprendió que para el combate que se libraría no tendría tiempo para embarcar a toda la gente, no sería posible aparejar y veía una ventaja táctica de los buques enemigos por su movilidad.

El transporte Isabella se encontraba al interior del puerto protegida por esta disposición táctica.

El coronel y comandante de ingenieros chileno Santiago Ballarna, estando durante el combate naval a bordo de la corbeta Confederación, dice sobre la acción: Durante esa hora los dos corsarios confederados hicieron todo los esfuerzos posibles para abordar el buque chileno, pero sus defensores opusieron tan tenaz resistencia que ni un solo atacante logró pisar su cubierta.

La artillería disparaba a quemarropa y el fuego de fusilería era intensísimo produciendo muchas bajas a los corsarios, entre ellos estuvo el propio comandante Blanchet que resultó muerto por un disparo certero.

La corbeta Edmond sin su jefe logró después de muchos esfuerzos desembarazarse de la corbeta Confederación, pero no pudiendo maniobrar bien, se fue a estrellar sobre la barca Santa Cruz enredándose con ella e iniciándose otro combate a quemarropa.

La Valparaíso estaba muy distante para responder a estos fuegos con los fusiles y sus baterías ya que los dos corsarios apuntaban hacia sus costados, siendo difícil para el buque chileno responder efectivamente el fuego.

Una vez en el puerto, los corsarios le facilitaron el escape a Cochón por medio de un bote para que pasara a tierra y se librara del juicio que Fleury le haría por haber desertado.

En cuanto a los chilenos, Simpson luego del combate se había mantenido en la bahía de Casma para reparar la corbeta Confederación que no podía maniobrar sin sus jarcias de proa y a la barca Santa Cruz que tenía el velamen agujereado.

Ya sin tener los corsarios a su jefe para dirigir la escuadrilla debido a los impedimentos del comandante Fleury y al estar frente al puerto del Callao el comandante García del Postigo listo para enfrentar a los corsarios si salían, estos decidieron ante toda imposibilidad de éxito y reconociendo la supremacía naval de Chile desarmar sus buques y posteriormente navegar bajo bandera francesa hasta el puerto ecuatoriano de Guayaquil, alejándose de esa manera de la guerra y dedicándose en este puerto al comercio marítimo.

En cuando a los marinos y soldados de mar chilenos que participaron en la acción, varios serían ascendidos por el gobierno chileno por su comportamiento y se les daría una medalla de honor.

Visualización del choque de la corbeta corsaria Edmond con la corbeta chilena Confederación al comienzo del enfrentamiento naval en la bahía de Casma.
Enfrentamiento general en la bahía de Casma entre la división naval de Simpson y la escuadrilla corsaria comandada por Blanchet.