Hasta 1563, los españoles enviaron varias expediciones para explorarla, pero no llegaron a levantar ninguna fortificación estable.
Es el asentamiento español y europeo más antiguo de los EE. UU.
En 1583, la Reina Isabel I de Inglaterra otorga una autorización al pirata Walter Raleigh para fundar una colonia al norte de La Florida, a la que llamaría Virginia, y que abarcaría más tarde las actuales Carolina del Sur, Carolina del Norte, Virginia, Virginia Occidental y Maine.
Muchos murieron por hambre, enfermedades, ignorancia del medio ambiente y ataques de los indios.
Finalmente, el capitán John Smith con la ayuda de la india Pocahontas se hizo cargo y salvó la colonia.
Rolfe impulsó la siembra de tabaco: tanto fue el éxito (pues los ingleses compraban la producción), que la empresa colonizadora decidió dar tierras a particulares para explotarlas.
Sin embargo, no faltaban los problemas: los indios se dieron cuenta de que cada vez iban a perder más tierra y atacaron la colonia.
Antes de desembarcar, los colonos se constituyeron en un cuerpo político civil para garantizar su organización como comunidad.
A pesar de ello, los indígenas, especialmente Squanto, quien había sido esclavo en España, les ayudaron a sobrevivir durante el primer invierno que en esa parte del continente es muy fuerte.
En 1733, los británicos habían ocupado trece colonias a lo largo de la costa del Atlántico, desde Nuevo Hampshire en el norte hasta Georgia en el sur: Los franceses controlaban Canadá y la Luisiana francesa, que comprendían toda la vertiente del río Misisipi: un imperio vasto con pocos habitantes.
Las fuerzas británicas tomaron las plazas fuertes canadienses de Louisburg (1758), Quebec (1759) y Montreal (1760).
Estas medidas parecieron muy justas a los políticos británicos, que habían gastado fuertes sumas de dinero para defender sus colonias estadounidenses durante y después de la Guerra Francesa e Indígena.
En general, los temores eran infundados, pero fueron los precursores de lo que han llegado a ser tradiciones profundamente arraigadas en la política estadounidense.
De nuevo, los colonos optaron por desobedecer, así que se enviaron soldados británicos a Boston.
El Parlamento promulgó entonces las «Leyes Intolerables» (Intolerable Acts): la independencia del gobierno colonial de Massachusetts se restringió drásticamente y se enviaron más soldados británicos al puerto de Boston, que ya estaba cerrado a los buques mercantes.
Una vez lograda la independencia, resultó muy complicado poner de acuerdo a todas las antiguas colonias en si continuaban como estados independientes o si se reunían en una sola nación.