Su edificio estuvo ocupado por el Colegio de los Caballeros Manriques entre 1803 y 1843.
Contaba con un torreón cuadrado en su esquina más oriental, desaparecido en el siglo XIX, y una capilla subterránea sin acceso desde la calle.
Actualmente solo quedan algunos restos de elementos arquitectónicos, como arcos y parte del patio interior.
Hoy en día es un edificio con viviendas privadas y de uso comercial.
Inicialmente ofrecía becas para 20 colegiales, pero desde 1620 se redujo su dotación a seis.