Las obras, a partir del diseño neomudéjar de Antonio Flórez Urdapilleta dieron comienzo en 1911 y concluyeron en 1914, aunque el colegio no se inauguraría hasta 1918.
Se designó como primer director del centro a Ángel Llorca que contó con un importante claustro de profesorado desde el curso 1918-1919 (entre ellos: Manuel Alonso Zapata, Justa Freire, Elisa López Velasco y Trinidad Arche).
Fueron innovadoras la atención al cuidado físico y la higiene, incluyendo clases de natación en la piscina del centro, las proyecciones cinematográficas –en las que a veces podían participar familiares de alumnos– y el comedor escolar gratuito.
En el curso 1936-37, Ángel Llorca puso en marcha las Colonias Escolares en Valencia, dejando al Cervantes como residencia infantil.
Únicamente se utilizó como Universidad Popular, para poder dar clases de cultura general a adultos.
Como la estructura del edificio no había sufrido daños durante la guerra, el colegio comenzó a funcionar de nuevo en el curso 1939-40, pero dividido ahora en sector femenino (planta baja) y sector masculino (planta primera).