Tanto su cuerpo como sus alas están cubiertos con grueso pelo gris marrón.
Sus alas son puntiagudas y tienen algunas manchas blancas (de ahí su nombre en latín).
Los adultos no se alimentan y viven aproximadamente 12 días.
Las larvas viven en entornos acuáticos, alimentándose de materia orgánica en descomposición.
A pesar de considerarse inofensivas, se han reportado en la literatura algunos casos de miasis (infección) causados por las larvas de este insecto, en la nariz, intestinos y vías urinarias, pero generalmente están asociados a condiciones sanitarias muy pobres y a malos hábitos higiénicos.