"[19] Los detalles del incidente han sido denunciados a la policía, que está investigando.
[9] Más tarde, Phil Jones, ahora exdirector de la CRU, confirmó que todos los correos electrónicos filtrados que han provocado un acalorado debate parecían ser genuinos.
Sin embargo ninguna de ellas encontró evidencia de fraude o mala praxis científica y el consenso científico sobre el cambio climático antropogénico no se vio alterado por sus conclusiones.
Los correos electrónicos y denuncias alegadas en la controversia no impugnaron el consenso científico de que "el calentamiento global está ocurriendo y que es inducido por la actividad humana".
Dijo que "incluso si los datos que utilizó la CRU no estuvieran a disposición del público -que casi todos lo están- o los métodos no estuvieran publicados -que sí lo fueron- los resultados todavía serían creíbles: los resultados de la CRU concuerdan con los de otras bases de datos internacionales, es decir, los análisis han sido repetidos y las conclusiones han sido verificadas".
El comité criticó la universidad por la forma en que manejó las solicitudes de Ley por la Libertad de la Información, y por no dar suficiente apoyo a los científicos para hacer frente a estas solicitudes [4].
Sugirió que el CRU podría haber hecho más para documentar y archivar su trabajo, datos y algoritmos, y afirmó que los científicos estaban "mal preparados" para la cantidad de atención pública generada por su trabajo, comentando que "como en muchos pequeños grupos, sus procedimientos internos eran más bien informales".
La política del Gobierno del Reino Unido de cobrar por el acceso a los datos científicos se describió como "incompatibles con las políticas de acceso abierto a los datos promovido en otros lugares."
[11] Otro miembro del panel, el profesor David Hand, felicitó a la CRU por ser explícito acerca de las incertidumbres inherentes en los datos de su investigación, comentando que "no hay pruebas de nada oculto - por el contrario, han traído a la luz pública las incertidumbres con las que tratan."
[15] Lord Oxburgh dijo Acton estuvo mal al decirle, en marzo, al Comité de Ciencia y Tecnología que su investigación se ocuparía de la ciencia en sí misma.
No había manera que nuestro grupo de expertos pudiera evaluar la ciencia."
El comité no emitió una conclusión de carácter definitiva en el punto central de la investigación - "si el Dr. Mann se había desviado seriamente de las prácticas aceptadas en la comunidad académica para proponer, realizar, o informar investigación u otras actividades académicas".
En cuanto a compartir con sus colegas manuscritos sin publicar asumiendo consentimiento tácito, consideró que ese intercambio fue "negligente e inadecuado", sin adherirse a una mejor práctica y obtener el consentimiento expreso de los autores de antemano, aunque la opinión experta en este punto es variable.
Este éxito no hubiera sido posible si no cumpliera o excediera los estándares más altos de su profesión para la propuesta de investigación."
Se acordó por unanimidad que "no hay ninguna sustancia" en las acusaciones contra Mann [21].
"En retrospectiva me hubiera haberle dicho: 'Oye, ni siquiera deberías estar pensando en esto'", Mann dijo en marzo de 2010.
[24] El panel encontró que no se subvirtió el proceso de revisión por pares para censurar la crítica como se alegaba, y que los datos fundamentales necesarios para reproducir sus resultados se encontraban a libre disposición de cualquier investigador "competente" [25].
[26] Se encontró evidencia de que los correos electrónicos podrían haber sido eliminados con el fin de que no estuvieran disponibles en caso de una posible petición posterior, aunque el panel no preguntó a todos en la CRU si lo habían hecho en realidad [27].
UU., el Competitive Enterprise Institute y la carbonífera Peabody Energy, enviaron peticiones para reconsiderarlo asegurando que los correos electrónicos de la CRU habían refutado la ciencia.
[31] La EPA examinó todos los correos electrónicos y concluyó que no había mérito en esos reclamos, que "consistentemente malinterpretan las cuestiones científicas", llegan a "conclusiones científicamente erróneas", "recurren a la exageración", y "a menudo seleccionan las citas que mejor sugieren la apariencia de impropiedad, sin mirar más profundamente en los temas.
El informe [36] encontró que Mann no había falsificado datos, destruido correos electrónicos, hecho mal uso de información privilegiada, o desviado seriamente de las prácticas científicas aceptadas.