El claustro tuvo también un piso, del siglo XIV, que fue destruido en 1827.
Durante la Revolución francesa fue ocupado por la administración municipal y se convirtió en el “claustro de los ciudadanos”.
Las primeras restauraciones del monumento son también de esa época.
El claustro respeta el esquema arquitectónico establecido en el siglo XII: cada galería tiene cinco pilares cuadrangulares y ocho columnas geminadas unidas por arcos cimbrados.
En el extremo de la galería, se encuentra una portalada del siglo XIV, realizada con mármol blanco y rojo, que da acceso al templo.