Claudicación neurógena

Clásicamente el dolor no se alivia con el simple reposo, (como pasa en la claudicación vascular), sino que el paciente con claudicación neurógena necesita cambiar la posición de su cintura, inclinándose hacia delante, (posición antropoide).[1]​ En algunos pacientes con compresión severa de las raíces nerviosas la claudicación neurógena no es intermitente, sino dolorosamente persistente.[1]​ En el diagnóstico diferencial deben considerarse, además de la claudicación vascular, la bursitis trocantérea.[3]​ Se distingue clásicamente por síntomas que mejoran o empeoran con ciertas actividades y maniobras.En casos extremos de NC se experimenta una constante incomodidad, dolor o entumecimiento.Además, los pacientes con NC grave pueden experimentar dificultades para dormir, ya que acostarse boca arriba les causa malestar y dolor.