Es considerada la refundadora del Convento de Santo Domingo.
Hija de Leopoldo, un maestro, y de Agustina en Torre en Cameros (La Rioja), se trasladó junto a su familia con 2 años a vivir al municipio soriano de Rebollar.
Desde niña se le observó una «innegable» predisposición para la vida religiosa.
A los 20 años ingresó en la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara en el convento de Santo Domingo de Soria.
Destacó por su vida ejemplar y sencilla, ocupando diversos y variados cargos en el convento: ejerció de sacristana, tornera, ropera, vicaria, ecónoma y abadesa (durante 17 años).