[5] Contrario a la creencia popular, estos miembros raramente compartían un vínculo de sangre o parentesco con los jefes, pero tomaban para sí el nombre familiar del jefe cuando los apellidos pasaron a ser habituales durante los siglos XVI y XVII.
[6] Sin embargo, la necesidad de probar la descendencia desde un antepasado común emparentado con la casa del jefe es muy restrictiva.
A los clanes con jefes reconocidos se les considera, por tanto, una comunidad de la nobleza según las leyes escocesas.
Se espera de aquellos que se postulen como jefe del clan que el Lord Lyon los reconozca como herederos de pleno derecho ante las armas simples —también llamadas puras o llanas, es decir, sin brisura— del antepasado del clan de quien el postulante busca que se le reconozca como jefe.
Según las leyes escocesas se reconoce al jefe del clan como su dirigente y sirve como representante legítimo de su comunidad.
A menudo aquellos que vivían en las propiedades de jefe acababan por adoptar el apellido del clan; también era habitual que el jefe aumentase el tamaño del clan al adoptar a otras familias, derecho que también le permitía exiliar a cualquiera de este, incluidos los miembros de su propia familia.
[11] La pertenencia al clan se transfiere mediante el apellido,[12] excepto cuando una mujer casada toma como suyo el apellido de su marido y se lo transmite a sus hijos.
[11] También es problemático el hecho de que varios clanes pueden compartir un sept, y a veces queda a decisión del individuo usar su historia o genealogía familiar para encontrar el clan correcto al que está asociado.
El antiguo Lord Lyon King of Arms, Thomas Innes of Learney, afirmaba que dichas sociedades, según el derecho de armas, reciben la consideración de «ramas indeterminadas».
Este término hace referencia al derecho normativo para establecerse en los territorios a los que los jefes y la baja nobleza —conocida en Gran Bretaña como gentry— al frente del clan ofrecían tradicionalmente protección.
Tras la normalización mediante leyes no se dieron muchas disputas en temas sucesorios después del siglo XVI y para el siglo XVII los herederos varones que quedaban apartados de la jefatura eran la excepción.
[16] Los tacksmen eran los encargados de reunir las rentas, conocidas como calps por aquellos que vivían en las fincas del clan.
[18] En estos clanes se desarrolló una casta militar de miembros de la gentry más baja que se convirtieron en guerreros en exclusiva, no administradores, y que viajaban periódicamente a Irlanda para luchar como mercenarios.
[20] El robo de ganado, conocido como reiving, fue una práctica común antes del siglo XV.
[21] El acta pasa a enumerar los diversos clanes de las Tierras Bajas como los Maxwell, los Johnstone, los Turnbull y otros famosos nombres de border reivers o saqueadores fronterizos.
[21] Sería, por tanto, igualmente correcto hablar de la familia MacDonald o del clan Stirling.
[23] La aparición de clanes está más relacionada con la agitación política que con la etnia.
Se puede categorizar en gran medida a estos jefes guerreros como celtas aunque en origen eran desde gaélicos hasta nórdico-gaélicos y británicos.
Este componente feudal, consolidado por la legislación escocesa, es el que diferencia el sistema de clanes escocés del tribalismo presente en grupos aborígenes de Australasia, África y América.
[24] El apoyo de los clanes a Carlos I también tenía más que ver con su oposición al movimiento Covenant que con el apoyo a un monarca ausente.
[27] Cumberland autorizó a las tropas del gobierno el uso de violencia desmedida y el transporte en masa de clanes al completo que habían apoyado la causa jacobita.
[33][34] La mayoría de la legislación contra los clanes fue rechazada hacia el final del siglo XVIII a medida que la amenaza jacobita disminuía.
[37][38] Macpherson afirmaba haber encontrado poemas escritos por el antiguo bardo Ossian y publicó traducciones de estas obras que alcanzaron fama internacional.
Estas listas incluyen aquellos clanes registrados ante el Tribunal del Lord Lyon.
A pesar de que no existe regulación sobre quien puede o no puede usar un tartán específico, y es posible para cualquiera crear un diseño y darle casi cualquier nombre que desee, la única persona con la autoridad para convertir un tartán en el «oficial» del clan es su jefe.
[44] Se ha dado al menos una ocasión en la que un tartán de clan aparecía en la heráldica de un jefe y el Lord Lyon lo ha considerado el tartán «correcto» del clan.
Un emblema de cimera adecuado para un miembro de un clan está formado por la cimera heráldica del jefe rodeada por una correa con hebilla que contiene el lema o consigna heráldica del jefe.
[47] A pesar de que cualquier miembro de un clan puede adquirir un emblema y llevarlo para mostrar su adhesión al clan, la cimera heráldica y el lema siempre pertenecen exclusivamente al jefe.
[48] Los emblemas de cimera escoceses, igual que en el caso de los tartanes asignados a los clanes, no cuentan con una larga historia, y deben mucho de su existencia y popularidad al romanticismo victoriano, y solo se lucieron en los tocados a partir del siglo XIX.
Según la tradición popular, los clanes escoceses usaban estos distintivos para identificarse en batalla.