Cine musical español

La gran diferencia entre ambos es que el fantaterror nunca ha dejado de producirse y su relevancia sigue siendo mayúscula.

Solamente Carlos Saura cultiva el género asiduamente, con su personal tratamiento minimalista, esteticista y experimental.

El cine musical español tuvo una creación y desarrollo independiente con respecto al estadounidense.

El español, en cambio se creó y fue formando como respuesta a los gustos locales del país.

El musical clásico estadounidense se basa en la síntesis de acción, música y baile.

Eso no significa que las escenas musicales del cine español sean forzosamente simples o sencillas.

Sirva como ejemplo el musical "Embrujo", cuyas coreografías se realizaron adscribiéndose al movimiento surrealista de la vanguardia cinematográfica europea.

Esto llevó a una cierta ambigüedad, puesto que los argumentos, estrellas y directores seguían siendo los mismos.

Todas las películas que se realizaron fueron musicales de folklóricas en ambas versiones, en español y alemán.

De esa manera el cine germano tenía acceso al mercado latinoamericano.

En esta época y, con menor impacto que las estrellas citadas, también se pondría ante las cámaras, Paquita Rico, entre otras.

Durante los años sesenta y setenta, pese a que continúan los rodajes protagonizados por Sara Montiel, Lola Flores, Paquita Rico y Marujita Díaz; se produce una decadencia del género si bien se incorpora a él una figura ascendente, Rocío Jurado, que interpretaría varias películas.

El paso del cine infantil al adolescente fue acompañado sin perder un ápice de éxito.

Tras evolucionar a un cine más adulto, abandonó el género musical pero no su carrera discográfica, que desvincularía de la cinematográfica.

Al amparo de este éxito, otros grupos como Regaliz con Buenas noches, señor monstruo (1982) o la cantante infantil Macarena Camacho Chispita, que protagonizaría Chispita y sus gorilas (1982), acompañada por dos protagonistas de la serie Verano azul, Miguel Ángel Valero y Miguel Joven.

Tras este periodo, que concluye en torno a 1983, el género desaparecería prácticamente por completo, salvo por esporádicas intentonas realizadas por grupos como Bom Bom Chip en El niño invisible (1995), o los cantantes infantiles Raulito con Franky Banderas (2004) y María Isabel con Ángeles S.A. (2007), entre otras, pero estas intentonas casi siempre carecieron del respaldo de la crítica y del público.

Otros homenajes al mundo de la Zarzuela son Teatro Apolo o ¡Bruja, más que bruja!.

Otra película de este apartado, Montoyas y Tarantos (Vicente Escrivá, 1989) aspiró, sin éxito, a la misma nominación.

Los cantantes del momento, como Raphael, Los Bravos, Julio Iglesias u Hombres G; tuvieron oportunidad de desarrollar cortas carreras cinematográficas en películas concebidas como vehículos para su promoción.

Antonio Molina Manolo Escobar Marujita Díaz Raphael Dúo Dinámico Los Bravos Joan Manuel Serrat Massiel Julio Iglesias Karina Fórmula V Rubén Rojo Dyanik Zurakowska Antonio Durán Las canciones son, junto con las coreografías, el ingrediente principal del cine musical.

Muchos de ellos alcanzaron tal fama que una gran parte del público desconoce su origen fílmico.

Carmen, la de Triana.