Cinco llagas de Jesucristo

Estando vivo le fueron infligidas las perforaciones de ambas manos y pies practicadas por los clavos que lo asieron a la cruz; y una vez muerto y como modo de asegurarse de su fallecimiento, recibió una herida en el costado derecho, practicada con una lanza que le atravesó el tórax.La devoción por las cinco llagas fue iniciada por San Francisco de Asís que según la tradición —estando en éxtasis— recibió directamente del Crucificado estos estigmas en su propio cuerpo.No responde a la iconografía del Varón de dolores, pues es un Cristo crucificado.Varias iglesias están dedicadas a la advocación de las Cinco Llagas.Anna Maria Gallo, la primera santa napolitana, adoptó como monja el nombre de Maria Francesca delle Cinque Piaghe (María Francisca de las Cinco Llagas).
Francisco Ribalta, Abrazo de san Francisco al crucificado, Museo de Bellas Artes de Valencia