Cierva C.1
El C.1 fue creado a partir del fuselaje de un Deperdussin, un avión monoplano de ala fija francés anterior a la Primera Guerra Mundial, sobre el cual montó un eje vertical.[2] Este eje montaba sobre dos rotores cuatripalas coaxiales contrarrotatorios (es decir, giraban en sentido contrario el uno al otro para incrementar la estabilidad lateral y para evitar el problema aún no identificado por de la Cierva de la asimetría de la sustentación) de cuatro palas coronados por una superficie vertical destinada a proporcionar control lateral; la planta motriz era un motor Le Rhône de 60 CV.La Cierva consideró la posibilidad de ligar mecánicamente los rotores para conseguir que girasen a igual velocidad, pero finalmente desechó la idea debido al incremento de peso, la complejidad mecánica y los esfuerzos que provocarían en comparación a un solo rotor.Aunque no fue capaz de alzar el vuelo, el C.1 demostró por primera vez el principio de la autorrotación en una aeronave a escala real.Referencia datos: Ingenieros Ilustres: Juan de la Cierva[3]