El presupuesto destinado por el país para investigación y desarrollo es inferior al 0,4% del PIB.
[5] En 1961 se crea el Consejo Nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología (CONICYT).
[7] También se crea el gabinete de la Innovación que reunía a los ministerios involucrados en el tema para marcar la política científica.
En el 2017 Rafael Radi, expresidente de la Academia de Ciencias del Uruguay, decía que «el sistema creció y se llegó a un techo donde es muy difícil desarrollar proyectos más ambiciosos y a más largo plazo, porque las ideas van mucho más allá de lo que las infraestructuras y las financiaciones nos dan».
[10] Manta propuso en 2019 que el sistema político uruguayo, debería acordar seis o siete puntos generales y establecerlos en el programa de todos los partidos políticos en Uruguay, como un conjunto de grandes paquetes científico-tecnológicos nacionales a largo plazo.
[11] En 2010 el CONICYT publica el Plan Estratégico Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (PENCTI) donde se propone que el conocimiento se constituya en "un motor principal del desarrollo económico sustentable y social del país".
[14] En el 2005, el segundo año del Día del Investigador, la Ciencia y la Tecnología, se realizó una Jornada de Homenaje a Clemente Estable en el IIBCE, donde tuvo lugar la exposición "Arte y Ciencia".