Ciencia ficción en España

La ciencia ficción, ficción científica o literatura de anticipación es un género literario, cinematográfico, historietístico y televisivo basado en especulaciones científicas, que en España no ha alcanzado la popularidad e importancia que tiene en los países anglosajones o en algunos otros países de idioma castellano.

[4]​ Sin embargo, es anterior el viaje a la Luna que Juan Maldonado describe en su relato Somnium de 1532.

[7]​ Finalmente cabe mencionar tres frutos de la Ilustración, curiosamente debidos todos a autores manchegos.

Esta obra usa un leve argumento narrativo para explicar en realidad astronomía pura y dura, no ya actualizada, sino en la avanzadilla de la época.

Por último, tan interesante o más que la utopía de Antonio Marqués, pero esta enteramente original, es el cuento distópico o distopía del muy moderno ilustrado manchego Cándido María Trigueros "El mundo sin vicios", primera de la literatura española.

La avidez del público por el género hizo que, por ejemplo, se añadiesen a esta pieza tres continuaciones más.

En España, la literatura de lo que ya se puede considerar «ciencia ficción», comenzó a mitad del siglo XIX.

El relato más famoso de Fabra anuncia tanto las futuras descripciones del totalitarismo como las advertencias hechas en numerosas ficciones científicas del siglo XX contra una tecnología que ha dejado de ser controlada por una cosmovisión humanista.

La influencia de Julio Verne fue enorme en la época y varios autores siguieron la estela del francés.

[26]​ Dentro de la ciencia ficción satírica, también se debe mencionar a Juan Pérez Zúñiga, que en su obra Seis días fuera del mundo.

[4]​ La ciencia ficción también fue auspiciada por editoriales católicas, que trataban de emplearla para introducir crítica social.

Danger», Ramón Brotons era «Walter Carrigan», José Caballer era «Larry Winters», Ángel Torres Quesada era «Alex Towers» y «A.

A. Carter», Luis García Lecha era «Louis G. Milk» y «Clark Carrados», Pedro Guirao Hernández era «Peter Kapra», «Walt G. Donovan», «Phil Weaber» o «Mike Adams», Juan Gallardo Muñoz era «Johnny Garland», y Enrique Sánchez Pascual era «Law Space», «H.S.

Editoriales como Acervo o Castellote Editor también realizaron recopilaciones de autores nacionales, publicando historias de Francisco Álvarez Villar, Francisco Lezcano, Juan G. Atienza, Carlos Buiza y Juan José Plans, estos dos últimos con gran influencia en Televisión Española durante esos años.

Entre estos autores transformadores se puede destacar a Juan Miguel Aguilera —la saga de Akasa-Puspa (1988-2005)— y Rafael Marín —Lágrimas de luz (1984), Unicornios sin cabeza (1987), Juglar (2006)—, que tuvieron éxito posterior, e incluir a un grupo con menos éxito comercial: Ignacio Romeo, José Ignacio Velasco, Jaime Rosal del Castillo y Enrique Lázaro.

Entre las más importantes se pueden mencionar Kandama, Space Opera, Máster, Tránsito, Cyberfantasy, Kembeo Kenmaro, Ad Astra, Parsifal, Elfstone y Bucanero.

Su mérito como autor está en el uso de la tradición literaria clásica española y en un uso cuidado del lenguaje con clara visión poética.

Mallorquí, hijo del autor José Mallorquí, se dedica principalmente a la literatura juvenil, pero ha escrito algunas historias cortas notables, como «La casa del doctor Pétalo» (1995), «El rebaño» (1993) y «La pared de hielo» (1995), y una novela corta, El coleccionista de sellos (1995).

La mayoría comenzaron a publicar en la década de 1990, o incluso antes, y no han surgido muchos nombres nuevos.

También se puede mencionar la lírica La última noche de Hipatia (premio Ignotus 2010), un viaje a través del tiempo.

[42]​ Los autores Eduardo Gallego y Guillem Sánchez i Gómez, que han recibido diversos premios de ciencia ficción, giran en torno al UniCorp o Universo Corporativo.

La película se adelantó nada menos que en cuarenta años a Los visitantes no nacieron ayer (1993).

La primera, La hora incógnita (1963), de Mariano Ozores, es una visión del desastre producido por una explosión nuclear en una gran ciudad.

[50]​[51]​ El siglo XXI se estrena con Stranded (Náufragos) (2001), de María Lidón, que relata una misión conjunta NASA-ESA a Marte.

[58]​[59]​ La serie presentaba diversas novedades: posiblemente era la primera serie infantil que producía TVE, además de ser la primera de ciencia ficción, y al final del programa, la presentadora Blanca Álvarez entregaba juguetes a los niños que se encontraban en el plató, segmento patrocinado por Industrias Plásticas Madel.

Posteriormente, Chicho Ibáñez Serrador se decantaría por el terror, con Historias para no dormir, dejando atrás la ciencia ficción.

Desde la mención a Curro Jiménez hasta Terminator, pasando por Rosendo o ese Velázquez con aires de grandeza».

[69]​ El éxito de la serie en las redes ha sido tal, que sus fanes tienen nombre propio, los ministéricos.

La radionovela estaba basada en el cómic Dan Dare, piloto del futuro, que había sido serializado por la BBC, y fue adaptada para España por Enrique Jarnés Bergua.

Los relatos, al contrario de lo que era habitual en la época, eran autoconclusivos y se basaban en historias que ya habían sido publicadas, de autores como Ray Bradbury, Edgar Allan Poe, Gaston Leroux, Robert Bloch, y entre los españoles, el mismo Ibáñez Serrador, Joaquín Amichatis o Fernando Jiménez del Oso.

Portada de El anacronópete (1887), la primera obra de ciencia ficción que introduce la máquina del tiempo.
Ilustración del Quixote, que muestra a Don Quijote y a Sancho Panza montados sobre Clavileño. Edición anotada por Nicolás Díaz de Benjumea e ilustrada por Ricardo Balaca .
Modo de volar , grabado de Goya perteneciente a la serie de los Disparates .
Ilustración de la máquina del tiempo volando que aparece en El anacronópete (1887).
Portada de El guardián de la paz (1925), del Coronel Ignotus , el número doce de la Biblioteca Novelesco-Científica; el autor de la ilustración fue Mariano Pedrero .
El Hotel Eléctrico (1905).