Ciclo solar 24

En estos momentos, la mitad de los panelistas creía que el próximo pico en la actividad solar sucedería hacia octubre de 2011 con 140 manchas mensuales, 20 arriba o abajo (aquel mes, en realidad, las manchas observadas iban a ser muchas menos, 88).

La otra mitad de los miembros del panel del SWPC predecía un pico rebajado a las 90 manchas, 10 arriba o abajo, para agosto de 2012 (aquel mes, en realidad, las manchas observadas iban a ser 63).

Estos cálculos tomaban en consideración los valores medios registrados en los anteriores ciclos, situados entre 75 y 155 manchas mensuales.

En una línea similar, Mausumi Dikpati, del National Center for Atmospheric Research (NCAR), propuso que el Ciclo 24 sería «entre un 30% y un 50% más intenso» que el Ciclo 23, que había tenido su máximo en 2000 (en julio de aquel año la cara visible del Sol fue surcada hasta por 170 manchas); si esta predicción resultaba correcta, la actividad solar rivalizaría con la del máximo solar de 1958, cuando se llegaron a ver auroras boreales en México.

Sin embargo, el pronóstico de Dikpati difería del de Hathaway en el cálculo del momento en que sobrevendría el próximo máximo solar: el primero lo situaba en 2012, mientras que el primero lo adelantaba a 2010 o 2011.

En consecuencia, algunos científicos propusieron ahora un modelo de máximo solar del ciclo dividido en un «doble pico».

[12]​ Desde hace años, el Ciclo Solar 24 ha sido objeto de varias hipótesis y comentarios relativos a sus efectos en la Tierra, potencialmente destructivos.

A lo largo del año solamente se observó un número escasísimo de manchas, menos de cinco en todos los meses salvo en marzo, cuando la cara visible del Sol mostró nueve manchas.

Dos frentes de gas ionizado se abatieron sobre la magnetosfera los días 3 y 4, provocando una tormenta geomagnética G2 (moderada).

La comunidad científica bautizó este evento como la Tormenta del día de San Valentín.

[27]​ [28]​ El 18 de febrero la AR1158 produjo otra erupción M6,6, que no tuvo EMC asociada.

[29]​ Entre los días 7 y 9 se produjo una importante secuencia de llamaradas M, siendo la mayor una M5,3 producida por la AR1165 el día 8.

La tormenta geomagnética desencadenante del espectáculo celeste, la más potente en años, alcanzó el nivel G4 (severo, correspondiente a un Índice Kp=8).

[29]​ El Sol produjo en su cara visible ocho erupciones de clase M este mes.

El cometa se desintegró en la corona solar minutos antes de desprenderse una EMC, hecho que suscitó especulaciones sobre una relación directa, no meramente casual, entre ambos eventos.

El satélite SOHO filmó con todo detalle el espectacular suceso, muy similar al sucedido en mayo (véase epígrafe).

No obstante, estos valores son muy inferiores a los de los picos respectivos del Ciclo Solar 23.

Esta EMC alcanzó la magnetosfera terrestre en las primeras horas del 22 de enero, provocando una tormenta geomagnética G1 (leve).

Este evento produjo una tormenta de radiación solar cuya intensidad fue clasificada por la NOAA como fuerte (S3).

[48]​ También tuvo lugar una EMC muy rápida que alcanzó la Tierra al día siguiente, ocasionando una tormenta geomagnética G1.

Como en este momento esta mancha estaba ya muy virada hacia el oeste siguiendo la rotación del Sol, la EMC relacionada no apuntó a la Tierra y se perdió en el espacio.

Todas estas erupciones fueron seguidas de sendas EMC, orientadas a la Tierra en mayor o menor grado.

La actividad solar se incrementó en mayo de 2012 con respecto a abril anterior, que había marcado un descenso en relación con marzo.

Los científicos se preguntaron por las consecuencias que habría podido tener un impacto directo en el Kp planetario de una EMC de estas características, entre las más potentes que haya podido medir el hombre.

[70]​ Pese a la nueva reducción del número de manchas solares contadas este mes (53,3 por el método RI, el valor más bajo desde febrero), el Sol produjo dos llamaradas significativas que siguieron a la llegada los días 8 y 9 de una EMC emitida el día 5 y no relacionada con ninguna fulguración (el evento provocó una tormenta geomagnética G2).

[71]​ La primera llamarada, una M9,0, fue liberada el 20 de octubre por la AR1598, situada en la parte izquierda, o este, del Sol.

[75]​[76]​ La actividad solar decreció de una manera muy marcada el último mes del año.

La calma en la actividad solar iniciada en junio de 2013 se prolongó durante casi cuatro meses más, sembrando el desconcierto entre los miembros de la comunidad científica que aguardaban a que tuviera lugar ahora el demorado máximo del Ciclo solar 24.

Al día siguiente, la AR1882, recién emergida del limbo este, produjo primero una llamarada X1,7 y horas después una X2,1.

Hecho notable, ninguna de las EMC asociadas a estas llamaradas fue geoefectiva, luego no se produjeron tormentas geomagnéticas.

Situación de la progresión anual del número de manchas solares desde el año 2000, con los valores registrados hasta mayo de 2016 (línea azul) y la predicción de actividad hasta 2019 (línea roja).
El físico Michio Kaku advirtió sobre las posibles consecuencias desastrosas en las infraestructuras eléctricas e industriales de una tormenta solar especialmente poderosa en el máximo del Ciclo Solar 24.
Secuencia animada de la Tormenta del Día de San Valentín , la primera llamarada de clase X del Ciclo Solar 24, una X2,2, producida el 15 de febrero de 2011. Imágenes tomadas por el satélite SDO de la NASA.
Situación del índice Kp planetario, indicativo del grado de perturbación de la magnetosfera terrestre, en los primeros días de agosto de 2011. En las últimas horas del 5 de agosto, la llegada de una compacta EMC elevó súbitamente el Kp de 2 a 8, desencadenándose una tormenta geomagnética G4, es decir, severa (monitor en tiempo real del SWPC de la NOAA)
La llamarada X6,9 del 9 de agosto de 2011, registrada por el satélite SDO de la NASA con la cámara de ultravioleta extremo en la longitud de onda de los 131 Angstroms.
El conjunto de manchas integradas en la región activa 1302, responsable de dos erupciones de clase X y de 16 de clase M en septiembre de 2011. Imagen tomada por el satélite SDO de la NASA.
El destello de la gran erupción X5,4 del 7 de marzo de 2012, captado por el satélite SDO de la NASA con la cámara de ultravioleta extremo en la longitud de onda de los 131 Angstroms.
Secuencia de la erupción X5,4 del 7 de marzo de 2012, tomada por el Solar Dynamics Observatory (SDO).
La enorme zona de manchas 1476, en la parte izquierda del disco de la fotosfera solar, fotografiada por el Solar Dynamics Observatory (SDO) de la NASA en mayo de 2012.
Secuencia del satélite SDO de la llamarada X1,4 del 12 de julio de 2012.
El espectacular filamento eruptivo del 31 de agosto de 2012, captado por el satélite SDO de la NASA
Video de la llamarada X1,8 del 23 de octubre de 2012. Registrado por el satélite de la NASA Solar Dynamics Observatory (SDO) en las longitudes de onda de 131 y 304 angstroms.
La serie de cuatro llamaradas consecutivas de clase X emitidas por la AR1748 entre el 13 y el 15 de mayo de 2013: X1.7, X2.8, X3.2 y X1.2. Mosaico de imágenes tomadas por el observatorio SDO de la NASA en la longitud de onda de los 131 angstroms (UV extremo).
La serie de cuatro llamaradas consecutivas de clase X emitidas por la AR1748 entre el 13 y el 15 de mayo de 2013 tal como fue registrada por el satélite geoestacionario GOES 15, que monitoriza en tiempo real los flujos solares de radiación X en las bandas de 0,5-4,0 angstroms y de 1,0-8,0 angstroms (NOAA/SWPC).
Aurora boreal observada en la madrugada del 9 de octubre de 2013 desde Fort Vermilion, Alberta , Canadá . Aquel día la magnetosfera terrestre fue sacudida por una tormenta geomagnética G1 (leve). Las partículas eléctricamente cargadas (iones) emitidas por el Sol colisionan con los átomos de oxígeno y nitrógeno de la alta atmósfera, excitándolos mediante fotoionización.
La llamarada X3,3 del 5 de noviembre de 2013 tal como fue registrada por el satélite geoestacionario GOES 15, que monitoriza en tiempo real los flujos solares de radiación X en las bandas de 0,5-4,0 angstroms y de 1,0-8,0 angstroms (NOAA/SWPC).
La llamarada X1,1 del 8 de noviembre de 2013, registrada por el GOES 15. Se observa la acusada impulsividad de este evento, al igual que el producido el 5 de noviembre (NOAA/SWPC).