En el caso del Sol la temperatura fotosférica es de unos 5800 kelvin.
La fotosfera es una capa de gases que se hallan sometidos a fuertes presiones.
Vista con telescopios, muestra una fina granulación (flóculos) y bordes netos.
Su superficie muestra un fondo luminoso sobre el cual aparecen fáculas que, por hallarse a mayor temperatura, son aún más brillantes.
Las manchas solares se forman en oquedades o depresiones profundas, en las que se ve la capa inferior menos caliente y, por tanto, son más oscuras en apariencia, siendo este básicamente el espectro de la radiación fotosférica.