[2] Su primera novela Todo se desmorona (Things Fall Apart, 1958) es considerada su obra magna,[3] y es el libro más leído en la literatura africana moderna.
El nombre no abreviado de Achebe, Chinualumogu («Que Dios luche en mi favor»),[7] era una oración por la protección y estabilidad divina.
[7] La familia Achebe tenía otros cinco hijos vivos cuyos nombres mostraron la misma fusión de palabras tradicionales relacionadas con su nueva religión: Frank Okwuofu, John Chukwuemeka Ifeanyichukwu, Zinobia Uzoma, Augustine Nduka y Grace Nwanneka.
La madre de Achebe y su hermana Zinobia Uzoma le contaron muchas historias, que él, como niño, pidió en varias ocasiones.
[8] Chinua también esperó con anticipación los eventos tradicionales de la aldea, como las frecuentes ceremonias mascaradas, que recreó posteriormente en sus novelas y cuentos.
[16] Modelado según la escuela pública británica y financiado por la administración colonial, el Government College había sido establecido en 1929 para educar a la futura élite de Nigeria.
[18] En su primer año, Achebe fue promovido dos veces y terminó la escuela secundaria en solo cuatro años en lugar de los cinco previstos.
Era una institución destartalada con una infraestructura decrépita y una escasa biblioteca; la escuela había sido construida en lo que los residentes llamaron un «bosque malo», un lote de tierra frecuentado por espíritus hostiles según se creía.
Enseñó en Oba durante cuatro meses, pero cuando en 1954 surgió una oportunidad para trabajar por el Nigerian Broadcasting Service (NBS), dejó la escuela y se trasladó a Lagos.
Este trabajo le ayudó a dominar los sutiles matices entre el lenguaje hablado y escrito, una habilidad que utilizó más tarde para escribir diálogos realistas en sus novelas.
Como su jefe en la NBS, Angela Beattie, iba a Londres para sus vacaciones anuales, le pidió que visitara la empresa.
Ella lo hizo, y con enojo exigió saber la razón porque el manuscrito había quedado ignorado en la esquina de la oficina.
Según Alan Hill, empleado del editorial en este momento, la empresa no «tocó ni una palabra» al preparar la publicación.
A los tres días de su publicación The Times Literary Supplement escribió que el libro «realmente logra representar la vida tribal desde adentro».
The Observer la calificó como «una excelente novela», y la revista literaria Time and Tide afirmó que «el estilo del señor Achebe es un modelo para los aspirantes».
En 1960 cuando aún eran novios, Achebe dedicó su segunda novela, Me alegraría de otra muerte (No Longer at Ease), a Christie Okoli.
Achebe viajó a muchas ciudades de Europa, incluyendo Londres donde continuó su trabajo con la serie African Writers en Heinemann.
[90] Mientras tanto, su contemporáneo Wole Soyinka fue encarcelado por haberse reunido con funcionarios de Biafra, y pasó muchos años en la cárcel.
[94] En octubre del mismo año, Achebe se unió a los escritores Cyprian Ekwensi y Gabriel Okara en una gira por los Estados Unidos para crear conciencia sobre la grave situación en Biafra.
[105] Algunos se sorprendieron de que Achebe desafiaría un hombre reconocido como modelo del liberalismo occidental y tan honrado en el Occidente por su «reverencia por la vida».
Otro sugirió que Achebe «no tenía sentido del humor»,[106] pero varios días después Achebe fue abordado por un tercer profesor, quien le dijo: «Ahora me doy cuenta de que nunca había realmente leído El corazón de las tinieblas aunque lo he enseñado durante años».
Dedicó más tiempo a editar Okike y se convirtió en un miembro activo del People's Redemption Party (PRP), un partido político de signatura izquierdista.
Una fuente no identificada cercana a la familia dijo que estaba enfermo por algún tiempo y había sido hospitalizado en la ciudad.
Aunque Nwoye disfruta escuchar a su madre contando la historia, la aversión que Okonkwo resiente es evidencia de su propio desequilibrio.
[144] Esta canción contrasta con las «melodías alegres y bulliciosas de la evangelización» que se cantan más tarde por los misioneros blancos.
El inglés y otros idiomas europeos, dijo en 1986, eran «parte de las estructuras neocoloniales que reprimen ideas progresistas».
Ha sido criticado como un autor sexista, por lo que muchos llamaron la representación acrítica de la sociedad igbo con su tradición patriarcal, donde los hombres más masculinos toman numerosas esposas, y donde las mujeres son regularmente golpeadas.
[168] Paradójicamente, la sociedad igbo valora enormemente el logro individual, pero también ve la adquisición de mujeres como un indicador del éxito.
[174] Esta comprensión demuestra aún más cómo la hipermasculinidad de Okonkwo corrompe su conciencia, ya que su desprecio por su propia madre y otras mujeres le impide estar en armonía con su chi.
[22] La premio Nobel Toni Morrison comentó que la obra de Achebe la inspiró a convertirse en escritor y «desató su relación amorosa con la literatura africana».