Casi todo lo que sabemos es por las actas del V y VI Concilio de Toledo.
Cuando el rey anterior Sisenando murió, dejó una monarquía muy debilitada e inestable.
Después convocó el VI Concilio de Toledo en junio del año 638.
Se dictaron penas canónicas contra las conjuras en contra de la corona y se acordó que las propiedades adquiridas con justicia y ley por el rey, no podrían ser confiscadas por el sucesor en el trono.
Chintila murió en 639 o 640 de muerte natural y le sucedió su hijo Tulga, al que había nombrado sucesor.