Sirvió como general del Ejército Católico y Real de la Vandea durante la Revolución francesa.
El general republicano, herido y presionado por sus enemigos, se retira a Boussay, donde intento atrincherarse sin éxito.
Después de tal victoria, Charette toma Saint-Fulgent, capturando armamentos, equipos y municiones.
Bonchamps captura el parque, el hospital y parte de la artillería republicana, pero como no llega a tiempo Charette para unírseles, los rebeldes son derrotados.
Su tumba se encuentra en la abadía de Saint-Florent-le-Vieil, después que su familia trasladara sus restos durante el siglo XIX.