En el monasterio maronita de Annaya, donde vivió hasta su muerte, hizo los votos solemnes en 1853 y fue ordenado sacerdote en 1859.En su vida sacerdotal, san Chárbel no hizo más que poner en práctica lo que había aprendido de su maestro espiritual y profesor de teología, san Nemetala Al-Hardini, cuando le dijo : "Ser sacerdote, hijo mío, es ser otro Cristo.Fue beatificado en 1965 y canonizado en 1977, siendo desde ese año el primer santo católico del Líbano.[1][2] Según la tradición popular se dice que Dios quiso señalar a este santo por numerosos prodigios y/o milagros, tanto durante su vida como posteriormente.El pueblo sencillo le veneraba como santo, aunque la jerarquía, prohibió su culto formal mientras la Iglesia no pronunciara su veredicto.Se conservó incorrupto, exudaba sangre hasta el día de su canonización, emite constantemente un bálsamo perfumado que ha sido apreciado como prodigioso.En América es particularmente venerado en México, a partir de la inmigración maronita que comenzó en el siglo XIX.