[1] Las vicuñas suelen vivir en las partes altas de los Andes, en la puna o páramo, una zona de alta montaña caracterizada por su clima hostil, por lo cual su captura demanda gran esfuerzo físico, teniendo en cuenta que además son muy veloces.
Luego realizaban una ceremonia religiosa en la que hacían pagos a la tierra y, finalmente, ejecutaban el arreo de los animales, evitando dañarlos, pues además eran considerados sagrados.
[2] En la época de la conquista española se llevó a cabo una matanza indiscriminada de estos animales para obtener sus cueros y exportarlos al continente europeo.
Actualmente la vicuña fue recuperada, y su fibra vuelve a ser utilizada.
Se realizan talleres en la escuela polimodal y en la escuela primaria y charlas abiertas a la comunidad con el objetivo de capacitar en la captura de los camélidos, y a la conservación de los ambientes andinos mientras que los pobladores aportan sus saberes sobre las vicuñas a los investigadores.