Cesáreo de Armellada

Fray Cesáreo de Armellada tomó su nombre misionario - con el que fue conocido y reconocido - de su pueblo natal.

Llegó en mayo de 1936 a la Gran Sabana, en la Amazonia venezolana, donde se instala a convivir con los indígenas locales, permaneciendo allí hasta 1943.

Durante ese periodo, se encontró con una civilización tan rica que no sólo tuvo la oportunidad de documentarse en su lengua y psicología, sino que además logró un valiosísimo caudal de datos para comprender y estudiar los valores de esta etnia.

Llegó a aprender seis lenguas, que dominó con la misma perfección y facilidad que el castellano.

Artículos y estudios en varias revistas, sobre todo en Venezuela Misionera