[1] La Asomadera era un camino obligado hacia la villa, paseadero y lugar desde donde se miraba la ciudad y el Valle de Aburrá, un lugar cubierto de cañaverales y con peligrosos barrancos, pero con la sombra de los guayabales que estaban a la vera del camino.
También es posible capturar en una sola mirada la cuenca visual de la quebrada Santa Elena desde el costado oriental del cerro, o desplazarse hacia el sur, cerca a la torre de energía, para apreciar el sur del Valle de Aburrá en toda su plenitud.
[2] Los cerros El Salvador y La Asomadera están hermanados no solo por su cercanía, sino también porque comparten el mismo origen geológico dentro del relieve del Valle de Aburrá.
La interacción entre estas rocas da como resultado singulares formas del relieve, al tiempo que ellas son sometidas al proceso de la meteorización, es decir que la roca al estar en contacto con el viento, el agua y el sol, comienza a desintegrarse y descomponerse hasta convertirse en el suelo que compone los dos cerros y dar origen a una estructura que en Geología se conoce como “techo colgado”.
Bajo este proceso de formación el sistema de cerros Asomadera-Salvador ha generado una geomorfología propia debido a su origen y composición, y se han desarrollado vertientes con pendientes fuertes labradas o modeladas por la erosión sobre el suelo derivado del gabro.