Cerdo del Concejo

[1]​ La celebración pronto se asoció a San Antonio Abad (protector de las bestias útiles al hombre).

[2]​ Los porqueros de la villa traían un cerdo y se premiaba al más engalanado.

Los monjes antonianos daban entonces su bendición a lo que sería pienso para la manada (paja y cebada), así como al pan destinado a la compañía.

[3]​ Esta costumbre devino en la capital en las fiestas denominadas vueltas de San Antón.

La fiesta fue desapareciendo paulatinamenta hasta dejarse de celebrar en el siglo XIX.

El cerdo del concejo era una forma de cuidar un cerdo comunitariamente.