Cera epicuticular

Los ejemplos más comunes son las parafinas en las hojas de guisantes y coles, los ésteres en hojas de las palmas de carnauba y el plátano, el asimétrico alcohol secundario 10-nonacosanol en la mayoría de las coníferas tales como Ginkgo biloba y Picea sitchensis, muchas especies de las Ranunculaceae, Papaveraceae y Rosaceae y algunos musgos, con simétricos alcoholes secundarios en Brassicaceae incluyendo Arabidopsis thaliana, alcoholes primarios (principalmente octacosan-1-ol) en la mayoría de las gramíneas Poaceae, eucalipto y legumbres, entre muchos otros grupos de plantas, con β- dicetonas en muchos pastos, Eucalyptus,Buxus y Ericaceae, aldehídos en jóvenes hojas de haya, caña de azúcar y limón y triterpenos en ceras en frutales de manzana, ciruela y uva.

[1]​[2]​ Estos compuestos son en su mayoría solubles en disolventes orgánicos tales como cloroformo y hexano, haciéndolos accesibles para el análisis químico, pero en algunas especies de esterificación de los ácidos y alcoholes en estolides o polimerización de aldehídos pueden dar lugar a compuestos insolubles.

La cera epicuticular ahora también puede ser aislado por métodos mecánicos[3]​ que distinguen la cera epicuticular fuera de la cutícula de la planta de la cera cuticular incrustada en el polímero de la cutícula.

Como consecuencia, estos dos son ahora conocidos por ser químicamente distintos,[4]​ aunque el mecanismo que segrega a las especies moleculares en las dos capas es desconocida.

Estos estudios muestran que los cristales crecen por extensión, lo que plantea interrogantes interesantes sobre el mecanismo de transporte de las moléculas.

Cristales de cera epicuticular que rodean una abertura de los estomas en la superficie inferior de una hoja de rosa.