Fue construido en el siglo XIX con proyecto del ingeniero Enrique Vilaplana Juliá.
La elección del proyecto de Enrique Vilaplana Juliá fue realizada por concurso público y se realizó teniendo en cuenta la concepción moderna y la adaptación específica que presentaba su proyecto a las necesidades de Alcoy, que era ya una ciudad plenamente industrial.
Se trata de un cementerio que presenta una tipología poco habitual ya que cuenta con galerías subterráneas perimetrales semejantes a catacumbas romanas con nichos a los lados, bien ventiladas y con iluminación natural.
Estas galerías son obra del ingeniero Enrique Vilaplana Juliá.
Cuenta también con patios donde se sitúan sepulturas de tierra y destacados panteones de estilos academicista, ecléctico, modernista y neogótico,[4][5][6] en donde se pueden contemplar numerosas esculturas, realizadas por arquitectos y escultores alcoyanos, así como el Panteón de Alcoyanos Ilustres.