Imponente y a la vez sencilla destaca en el centro Histórico de Tulancingo, Hidalgo, frente a la plaza principal La Floresta.
El edificio originalmente fue de menores proporciones, edificado por los franciscanos, quienes evangelizaron en la zona.
Estas enmarcan el acceso principal al templo.
La cúpula es de forma octagonal y cuenta con una pequeña linternilla.
En el interior, también renovado al estilo neoclásico, destaca el altar principal, la pila bautismal labrada en piedra y un púlpito de madera con decoración en relieve, así como una cruz atrial y reloj de sol en sus patios.