Catedral de Santa María de Jerusalén (Mérida)

Estos edificios se situarían en un entorno cercano a la actual Plaza de España y en ellos, la Catedral tendría un puesto primordial.El conjunto quedaría configurado además por otra Basílica, la de san Juan, adosada al templo principal y que actuaría como Baptisterio, y por el Palacio arzobispal, sede de los obispos metropolitanos.Aunque no se poseen suficientes datos sobre cómo sería este conjunto, sí podemos recrearlo en la actualidad gracias a los datos ofrecidos en el Libro de las Vidas de los Santos Padres Emeritenses, en él se puede leer: Dentro del conjunto catedralicio, la Basílica de Santa Jerusalén, después dedicada a Santa María por el obispo San Fidel, ocuparía el lugar más importante, siendo la Ecclesia Senior o catedral metropolitana.Así, gracias a dicha referencia bibliográfica, sabemos que la catedral de Mérida se había denominado “Santa Jerusalén”, como las otras catedrales metropolitanas hispanas; pero a partir del pontificado de San Fidel la catedral emeritense tomó una sobredenominación mariana y comenzó a ser conocida como “Nuestra Señora de Santa Jerusalén”; se plasmaba así la visión oriental de la Virgen María como mediadora y reina celestial.Este hecho ha de situarse en el período de dominación bizantina del sur de España que había comenzado en el año 551, completado en el 554, y se finalizó en el año 572; entonces el rey visigodo Leovigildo conquistó las ciudades de Córdoba y Málaga a los bizantinos; la de bizantinos es la denominación historiográfica actual de aquellos “griegos”, San Paulo y San Fidel, últimos miembros eclesiásticos del Imperio Romano en Emerita Augusta.