En el lugar de la actual iglesia se ubicó una más antigua, dedicada a San Miguel Arcángel, conocida gracias al relato del cura protestante y escritor viajero Stjepan Gerlah que la describió en sus crónicas.Los belgradenses de aquella época “aguardaban este suceso como algo grandioso e inalcanzable.Hasta hoy perdura la anécdota en la que el visir Husein- pachá Gavanoz Oglu (1827-1833) se dirigió al duque Petar Cukić, encargado de levantar la campana, amenazándolo con un castigo por su quehacer.El valiente duque le respondió: “Ya lo sé, efendum-pachá, ya lo sé, si la levanto, moriré a manos turcas y si no la levanto, moriré a manos de mi señor, príncipe Miloš.La iglesia está dedicada al Arcángel San Miguel, y su interior se encuentra ricamente decorado.La talla dorada del iconostasio fue realizada por el escultor Dimitrije Petrović, mientras que los iconos del mismo, tronos, coros y púlpitos, así como en las paredes y los arcos fueron pintados por Dimitrije Avramović, uno de los pintores más destacados de Serbia en el siglo XIX.[8] La iglesia es una construcción de una sola nave, con el ábside oriental semiesférica y el nártex en la parte occidental, por encima del cual se yergue un alto campanario.Este tipo de iglesias sería muy extendido en Serbia durante la gobernación del príncipe Miloš.Modelado con exuberancia, con algunos elementos decorativos eclécticos, el iconostasio es indudablemente el más representativo del clasicismo en Serbia.Su expansión gradual llegó a abarcar el espacio del patio de la misma, que durante los primeros decenios del siglo XIX no tenía verjas y servía como un particular cementerio para las personalidades ilustres de Serbia.En la catedral fue fundado en 1853 el primer coro de Belgrado, que sigue activo hasta la actualidad.