Castillo y murallas de Requena
La plaza de Requena, villa real, sería pieza apetecida por aragoneses y castellanos.Más tarde, la guerra napoleónica y las numerosas guerras civiles durante el siglo XIX, consiguieron devolver a Requena su carácter estratégico, por lo que se volvió a construir elementos de protección y defensa.Se mejoraron las murallas, se construyeron muros de cal y canto, tapias, fosos, baterías, tambores, aspilleras, etc., aunque actualmente sólo pueden verse restos dispersos a lo largo de diferentes calles y zonas del municipio.[1] El Castillo se encuentra sobre el promontorio que domina la ciudad, y está edificado sobre una gran peña.La muralla presenta una altura de entre nueve y diez metros, al igual que las torres.Destacaba la gran profusión de torres defensivas incorporadas al amurallamiento durante distintas épocas.Las siguientes excavaciones demostraron que esas casas estaban en el foso del castillo y la puerta levadiza de la barbacana, así como la existencia de una segunda torre, que había sido derruida para usar reutilizar el espacio como bodega.